21.10.07

Lo que Saramago escribe

Hace poco, desde su refugio en la isla de Lanzarote, España, muy cerca de una serie de homenajes por sus 85 años y los 25 de su Memorial del convento, el célebre escritor portugués José Saramago respondió a las preguntas de la periodista Patricia Kolesnicov, del suplemento Ñ, del diario argentino Clarín, sobre las relaciones entre el mercado, la informática y la literatura, el futuro de la novela y lo que él está escribiendo. El Premio Nobel de Literatura y jurado del Premio Clarín de Novela, dijo, entre otras cosas importantes, que la narrativa no debe escuchar al mercado y que preguntarse sobre la utilidad de la ficción es no entender nada del asunto. Así, en una parte de la entrevista, Saramago dice: “Hay que tener cuidado con las ideas hechas. Por ejemplo: que el mercado condiciona al autor. No es cierto. Puede el mercado manifestar una preferencia por ciertos tipos de libros, de 'modas', pero eso no obliga a ningún autor a seguir ese camino. Estamos creando una gran confusión: imaginar que los autores son iguales entre sí. Nos ocupamos de tópicos remanidos y no estudiamos la realidad. Y olvidamos demasiadas veces que las preguntas no son inocentes. Me molesta hablar de literatura y mercado. La literatura es la creación y no importa qué montaje se haga en torno a ella. Hay negocios, hay literatura. Y personas que leen para entender y personas que leen porque siguen campañas. Y personas que no leen. Lo importante, me parece, es no dejarnos llevar por estas cuestiones que desde luego a mí, como escritor, me son ajenas”.

Saramago habló también sobre la novela que viene escribiendo allá en Lanzarote, con su vista africana a un océano Atlántico intenso como un cielo sin luna. “Sabemos –tal como cuenta Patricia Kolesnicov- su título: Se llamará El viaje del Elefante. Sabemos que sobre esa tabla que tiene por escritorio, ordenadas, prolijitas a un lado de su impresora, ya hay unas 50 páginas. Sabemos que la novela está basada en un hecho real, ocurrido en la época de Maximiliano de Austria, que nació en Viena, fue nombrado emperador de México en 1864 y fue fusilado en 1867. Sabemos también que la novela en la que está inmerso Saramago ahora, ahora mismo, está llena de ironía, de sarcasmo y de compasión. Que es una metáfora, dicen buenas fuentes, sobre los pobres diablos que somos los seres humanos. Sabemos que postulará, el autor del conmovedor Ensayo sobre la ceguera, que el destino que nos damos los humanos es estúpido, cuando podríamos alcanzar algo más que el ridículo. Que dirá que es ridículo o patético que nos pasemos la vida corriendo, trabajando, criando hijos, para acabar pobres, además de viejos y de olvidados. No habla de la vejez, nadie se atreva a hacer interpretaciones al vuelo y creer que porque está a punto de cumplir los 85 -el 16 de noviembre- José Saramago escribe sobre la vejez”.

“El tema de la novela que viene -agrega finalmente Patricia Kolesnicov-, desliza nuestra buena fuente, es la carrera hacia la nada que, según el punto de vista del escritor, parece llevar la humanidad. Una novela de ideas. Como lo fue Memorial del convento, la gran obra que está cumpliendo los 25 años y que lo tendrá de festejo en festejo en España y en Portugal, a mediados de noviembre”.

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