8.6.08

Desmitificar a Mariátegui

Por Raúl Mendoza
La República, Lima, 08/06/08


Con José Carlos Mariátegui, según los estudiosos de su obra, se da un caso especial: en él confluyen el intelectual y el político. Una síntesis que pocas veces ha ocurrido en nuestra historia. Pero luego de su muerte ha sido convertido –como decía Alberto Flores Galindo en un texto de los 80– en el "marxista ortodoxo por excelencia, el guía de la revolución socialista, el sendero luminoso, el Amauta. Una imagen desmesurada y aplastante". Esa mitificación ha impedido una aproximación a algunos aspectos de la vida y pensamiento de Mariátegui con ojo crítico y afán cuestionador.

‘EDAD DE PIEDRA’: ESCRITOR FRÍVOLO

Hoy, para el común de la gente, José Carlos Mariátegui es poco más que el formidable pensador que escribió los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana y otros textos de izquierda. Pocos conocen su llamada "Edad de Piedra" –así la llamó él mismo– en que como joven periodista escribió sobre temas que sus seguidores soslayaron o tildarían hoy como superficiales. El joven Mariátegui escribía crónicas hípicas, críticas de teatro, notas sociales, cuentos, poemas románticos. Lo mismo se puede encontrar en su producción un artículo sobre el triunfo del caballo Rudyard Ring que una crónica sobre el Señor de los Milagros, o un texto sobre las gitanas. ¿De no haberse ido a Europa, pudo ser Mariátegui solo un periodista de temas de actualidad?

"Las crónicas del joven Mariátegui pueden parecer frívolas, y de hecho lo eran, pero en muchas de ellas ya mostraba preocupación por los desposeídos. En esta etapa se vincula con Valdelomar, los Colónida, y el mundo intelectual, lo cual acaba siendo muy importante en su formación", dice Osmar Gonzales, director de la Casa Museo Mariátegui. El joven que se va a Europa ya tiene una emoción social, aunque no una ideología. "Valdelomar y otros más tenían un discurso fuerte contra el gamonalismo. Y Mariátegui abreva en esas ideas. Ya en Italia articula una propuesta política e ideológica".

El historiador Ricardo Portocarrero, autor del libro Invitación a la vida heroica: José Carlos Mariátegui, textos esenciales señala que lo valioso del joven Mariátegui es que va a contracorriente de su época: la república aristocrática, diletante y modernista, que era el Perú de los años 20. "Habiéndose formado en una sociedad conservadora, tras su viaje a Europa, elabora un pensamiento marxista, incorporando además obras de pensadores no marxistas". Una forma creativa de interpretar la realidad nacional. No obstante, el propio Mariátegui le resta importancia a su etapa juvenil: "Por los caminos de Europa encontré el país de América que yo había dejado y en el que había vivido extraño y ausente", escribió.

MADUREZ: ERRORES DE APRECIACIÓN

Los autores que han escrito de Mariátegui han sido muchos y quienes han señalado errores son pocos. Pero son. En un artículo de 1980, Mario Castro Arenas señala por ejemplo que Mariátegui idealiza a los colonizadores de Norteamérica, por sobre los conquistadores españoles en el Perú. "No estimó que hubiéramos ganado algo, sino más bien perdido mucho con un tipo de colonizadores como los que arribaron a Norteamérica, diezmando implacablemente a los indios, rechazando la fusión de razas, borrando todo vestigio de huella cultural de los naturales (…). Ningún colonialismo es bueno...".

Otros han resaltado los prejuicios de Mariátegui sobre el aporte de negros y asiáticos en la "nacionalidad peruana en formación". Para JCM los negros no estaban "en condiciones de contribuir a la creación de una cultura, sino más bien de estorbarla con el crudo y viviente influjo de su barbarie".

El crítico Marcel Velázquez también ha hecho salvedades al ensayo sobre la literatura peruana, indicando que JCM yerra al considerar que la cultura andina no llegó a la literatura por no tener escritura. "Esta concepción era ya anacrónica para su época; años antes, Adolfo Vienrich había recopilado textos orales andinos en Azucenas quechuas (1904) y demostrado la vitalidad de esa literatura", dice Velázquez en "Los siete errores de Mariátegui o travesía por el útero del padre".

Así como ellos, otros autores han señalado otros "errores" en la obra de Mariátegui. Ricardo Portocarrero contesta las planteadas aquí: "Respecto a la idealización de los pioneros norteamericanos, se trata de una visión anterior a Mariátegui que contrapone la mística protestante anglosajona y su interés por la producción y el desarrollo, con la visión feudal de los conquistadores españoles. Él analiza los modelos contrapuestos, no el caso específico". En el tema de las alusiones a las razas, menciona que "el mayor peso –en su concepto de la nacionalidad peruana por construir– lo tenía la raza andina con su tradición cultural, vinculado a la visión socialista que tenía para el país".

EL ÍCONO: LA IZQUIERDA CULPABLE

Después de la muerte de Mariátegui la izquierda peruana recogió su legado. "Pero en la mayoría de casos los herederos de Mariátegui lo leyeron y lo citaron textualmente, dogmáticamente, antes que debatir y desarrollar sus ideas", dice Osmar Gonzales, de la Casa Mariátegui. De eso hablaba Alberto Flores Galindo cuando señaló en los 80: "La veneración bíblica sustituye a la discusión. De esta manera, y a pesar suyo, Mariátegui acaba convertido en un obstáculo para el desarrollo del marxismo en el Perú". En ese sentido, pedía desmitificar a Mariátegui.

¿Hoy cuál es la vigencia JCM? "Mariátegui murió en 1930. El déficit es no haber podido crear desde entonces una reflexión, una visión creativa del Perú, como él tuvo desde la izquierda. Pero está vigente como el más importante pensador marxista latinoamericano. Su tesis del tema indígena sigue siendo pertinente en el sentido de que los campesinos, la población andina, siguen siendo los excluidos, los no ciudadanos, los más pobres. También está el tema de los trabajadores, la reivindicación de sus derechos. Hoy en muchos casos siguen siendo ciudadanos de segundo orden", dice Gonzales.

¿Qué pasa hoy con el legado de Mariátegui? "Lastimosamente ha pasado a un segundo plano. Hoy todos los que publican algo sobre Mariátegui tienen más de 40 años. No hay estudioso joven que lo haga. Tampoco hay un debate político de sus ideas", dice Ricardo Portocarrero. ¿Qué queda por hacer? Osmar Gonzales dice: "Los Siete Ensayos dieron una visión global marxista de los problemas del país. El ejemplo de Mariátegui es que fue un intelectual que ingresó a la política y trató de acercar ambas esferas. Cuando lo intelectual y lo político se juntan, se potencian muchas posibilidades para el país. Hoy no sólo lo deberían leer sus herederos ideológicos, sino todos los peruanos".

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